Otras querían ser

Elena Blasco |

Otras querían ser, sobre todo, azafatas, que manía. Otras bailarinas, o trapecistas, el vestido era importante. Yo me callaba como una puta, porque lo que yo quería ser de mayor era puta.

Con gran diferencia. Me parecía que irse con el primero que pasara en una esquina, en un callejón, aunque fuera feo, que no te gustara nada de nada, era lo mejor. Era el colmo. Follar con CUALQUIERA conllevaba cuanto más cualquiera, mejor. Yo no decía follar, ni siquiera sospechaba la palabra. Ni siquiera me quedaba claro qué hacíamos una vez “idos juntos”. Pero era el colmo. También veía la profesión muy internacional. Cuando no tienes que escribir, no tienes por qué pensar en palabras, pero la sensación era algo así como Puta en Singapur, claramente, y habiendo sido puta todo el rato hasta llegar y después de irme.

O sea, la gran putada. No había imágenes concretas.

Yo empecé a ver la televisión pasados los doce años y porque mi abuela quiso ver la boda de Fabiola con Balduino. Lo más exótico de esas sesiones televisivas primeros eran dos o tres bandejas redondas con motivos chinos, que se apoyaban en unos trípodes metálicos, para poner los bocatas y las bebidas, mejor dicho, no había bebidas, no se bebía y ya está. Así que no había imágenes, eran sensaciones, olores, nostalgias (¡). Intuiciones, voluptuosidades; yo era voluptuosísima, desde que sé lo que es, lo soy mucho menos.

Echo de menos que te pase la cosa sin saber qué te está pasando. Ahora de mayor todo tiene nombre. ¡Incluso sin ser franceses!

…y sinónimos y lo puedes decir en metáfora. Tiene nombre hasta “la follie à deux”, y tú que te creías… Tenía que decirse en francés una cosa así. De modo que eran revolcones de sensación a las que no había modo de hincarle el diente con palabras y te quedabas con “puta”, que es corta y linda y fácil, sobre todo fácil.

Podría ser muy bien una de las primeras palabras que dice un bebé.

Cuando había que disfrazarse, yo de puta, de puta del Oeste, de gran dama putón, de egipcia puta, de canaria puta con gorrito de paja. “La puta en la historia”.

Ahora bien, yo ya sé lo que es ser puta. ¡Ay amigo! No porque yo misma haya prosperado en mi ilusión, sino porque he visto mucha televisión, y tengo muchas amigas que, aunque sólo sea en sentido figurado, te dan ideas.

Y claro, ¿qué pasa? Que no es exactamente eso lo que a mi me apetece más ser en la vida, visto lo visto. Las que querían ser azafatas seguro que también han aterrizado hace mucho. Tampoco se me ocurrió ser pintora: como ya lo era… Una nunca quiere ser en un futuro lo que ya es. Tonterías.

¿Lo que sea, con quien sea y lejos? Pues: libre.

Yo lo que quería era ser libre, y sólo se me ocurrió esa cortísima forma de decirlo.

Bien, pues ya tenemos, 1º, que yo sé qué es una puta, 2º, que yo sé que quiero ser libre, 3º, lo que no sé es qué es ser libre (no hay disfraz, tu vas a alquilar el disfraz y no hay, no existe). Porque no está claro.

La vida siempre se las arregla para darte “vidilla “como es natural (decimos vida, como si tuviera que tener un nombre “esto”, como si fuera “algo”, esto tan raro, …como si esto “tan raro” fuera algo separado). Bien, pues nos da vidilla. Es como el padre poniéndoles problemas a sus varios hijos en verano “para que no lo olviden todo otra vez”; ahora de manzanas, ahora de trenes, y nada más acabar te cae otro de peras o de jarras de leche, y esto para siempre. Verdaderamente que no hay manera de que te “olvides de todo”.

¿Qué no te cayeran problemas sería ser libre?… poderse “olvidar de todo”…

Pero bueno… ¿Acaso no soy yo misma vida misma, o la mismísima vida?

Pero si el padre soy yo… y los hijos en verano… y yo decido qué trenes y resuelvo cuántas peras… y mido JARRAS DE LECHE!

Qué pera ni que azafata.

Esto es el ocio sin fin.

SOY LA REINA DE LOS MARES.

F I N

 

 

Other girls wanted to be

Other girls wanted to be, more than anything, stewardesses, they were mad about it. Others wanted to be trapeze artists, and the dress was important. I kept my mouth shut like a whore, because what I wanted to be when I grew up was a whore.

I really did. I thought that going off with the first guy that turned up, on a corner, a cul-de-sac, even if he was ugly, was the best thing in the world.

What could be better? To fuck ANYONE meant that the more anyones the better. I didn’t say fuck then, I did not even suspect the word existed. I did not even know exactly what would happen once we “went off together”. But it was the best. I also saw it as a very international profession. When you have nothing to write, you don’t have to write in words, but the sensation

I had was something like a Singapore Whore, clearly, and being a whore to get there and then leave. So, a big bitch. There were no specific images.

I began watching TV when I was over twelve, because my grandmother wanted to see the wedding between Fabiola and Baudouin. The most exotic part of those TV sessions were the two or three round trays with Chinese symbols, standing on metal tripods, to place the sandwiches and the drinks, although there were no drinks, we didn’t drink and that was it. So there were no images: they were sensations, smells, nostalgias (¡). Intuitions, voluptuousness; I was very voluptuous, although, ever since I discovered what it means, I am not that voluptuous.

I miss having things happen before you know what is happening. Now we have a name for everything. And we are not even French! …And synonyms, and we can use metaphors. There is even a name for “la follie à deux”, and to think you thought it meant … something like that had to be said in French. So there were tumblers of feeling which you couldn’t get your hands on, so you stuck with “whore”, a short and cute and easy, especially easy, word. It could well be one of the first words uttered by a baby.

When I had to dress up, I was always a whore, a Wild West whore, a grand dame whore, an Egyptian whore, a whore from the Canary Isles, with a straw hat. “The Whore in History”.

However, I know what it is to be a whore. Oh yes! Not because I got anywhere with it, but because I have watched a lot of TV, and I have many friends who, if not literally, do give you the idea.

So, what happens? It turns out that is not what I really want to do with my life. Those who wanted to be air hostesses also landed a long time ago,

I imagine. Neither did I think of being a painter: I already was one…

One never wants to become what one already is… Nonsense.

Whatever, with whomever and far away? Well: free.

What I wanted to be was free, and I could only thing of that brief way of saying it.

So, we have number one, that I know what it is to be a whore, number two, that I want to be free, and three, that what I don’t know is what it means to be free (there is no costume, you go and hire it, but they don’t have it, it does not exist) Because it is not clear.

Life always finds a way to make you lively (we say life, as if “this” had to have a name, as if it were something. Such a strange thing… as if this strange thing were something else). So, it makes us lively. It is like the father setting homework for his children in the summer, “so they don’t forget all they have learnt”. First apples, then trains, and then one about pears and jugs of milks, and that’s always the case. They really is no way you can “forget everything”.

Does not having homework mean you are free? That you can “forget everything”…

Anyway… am I not life itself, or the very life?

I am the father… and the children in the summer… and I decide which trains and I add up all the pears… and I measure JUGS OF MILK!

What a pity, not even an air hostess.

This is endless leisure.

I AM THE QUEEN OF THE SEA.

THE END

 

 

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