Las noticias

Elena Blasco |

Es difícil de explicar. Pero da tanto gusto pensar así. Es un bálsamo. Lo único que se nos pide ahora es que no trascendentalicemos.

Por ejemplo, la mezcla de imágenes en un calendario para una iglesia moderna. Está la virgen y luego payasitos con parches en la rodilla, todos chatos, chatos a más no poder. La noticia del atentado, seguida del Rally París-Dakar, cómo se puede!

La riada en la India. Doscientos cincuenta mil muertos, cambiando de tema, la princesa Estefanía ha inaugurado 33 puestos de helados tal, tal. Mismo tono cortés, buena dicción, excepto por la z de Madriz, que no se considera, porque ya parece irreversible.

Nada…, todo bien. A todo esto, no es de descartar que aparezca una compresa con cuerpo danone entre la jabonera del papa y el tifón, más bien te extrañas si no te viene. Ya está aquí. Nada… todo bien. Lloviendo margaritas.

Desde su punto de vista, hay que reconocer que, tal y como está el percal, un noticiario con una sola noticia, so pretexto de que es muy importante, es inviable.

Tampoco podría la señorita presentadora llorar o descojonarse, según, a tenor del tema; la tacharíamos de tendenciosa, diríamos que nos comunican qué es lo que tendríamos que sentir o hacer, parecería una clase de aerobic, no podríamos seguir comiendo si viéramos al presentador trastornado.

Así que vamos a suponer que no me escandalizo, vamos a suponer que está bien así. ¿Qué mejor manera de cambiar lo antes posible?

Los problemas ecológicos son perentorios, pero insalvables desde el pánico, dado el carácter del ser humano que en ese estado rompe más.

Cambiar silbando.

Distraídamente entre la turbulencia.

Es borrón y cuenta nueva. No borrar. El borrón no lo quiere nadie, es un error, un lío, además está sucio, pero si se considera como “justo y necesario”, El Buen Borrón, todo encaja.

Que le resulte a una tierna la incertidumbre es casi una definición de paz.

F I N

 

The News

It is hard to explain. But it is nice to think in this way. It is soothing.

The only thing we are asked is that we refrain from transcendentalising. For example, the mixture of images in a calendar for a modern church. We have the Virgin Mary and little clowns with patches on their knees, cute as can be. The news of the bomb attack, followed by the Paris-Dackar rally, how can this be! The floods in India. Two hundred and fifty thousand dead, changing the subject, Princess Stephanie has inaugurated 33 ice cream stalls, and so on. The same polite tone, good diction, except for the z in Madriz, which is overlooked, as it seems irreversible. So… all is well. This reminds me, we can’t rule out a sanitary towel with a perfect body between dad’s soap holder and the typhoon, one is always surprised if it doesn’t turn up.

Here it is. So… all is well. It is raining daisies.

From her point of view, it must be said that, given the situation, a news programme with a single news item, however important, is not viable.

Neither can the presenter burst into tears or start laughing her head off, depending on the news; we would say she was biased, that they are telling us what we should feel; it would be like an aerobics lesson and we wouldn’t be able to carry on eating if the presenter were upset.

So, let us pretend I am not shocked, let us imagine it is okay like this. What better way to change as soon as possible?

Environmental problems are peremptory, yet they cannot be solved from panic, given the nature of human beings, who in that state break more things.
Change by whistling.

Distractedly among the turbulence.

We have to start with a clean slate. Do not clean it, no one wants to see the smudge, it is a mistake, a blur and it is dirty, but if it is seen as “fair and necessary”, A Good Smudge, it all fits in.

To find uncertainty tender is almost a definition of peace.

THE END

 

 

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